miércoles, 19 de marzo de 2014

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Tras los éxitos cosechados, el agujero reabre sus puertas en Madrid




Un año más tarde y con grandes expectativas puestas en el nuevo espectáculo, volvemos al agujero.  Situado en otra ubicación, el Teatro la Latina, algo más pequeño y con peor visibilidad que el primero, The Hole 2 recibe a sus invitados con el mismo toque de gracia y glamour.

La extraña pero bonita historia de amor, que se forjó en la primera parte, entre el maestro de ceremonias y María del Mar, una rata procedente de la localidad murciana Alcantarilla, sigue su curso, y será, en este caso, Fernando Gil el encargado de contar en que punto se encuentran.

Y es que sobre relaciones va la noche. El hilo conductor de los monólogos  gira entorno a la gran pregunta, ¿cuánto dura el amor?, todo ello acompañado de críticas y chistes, ciertamente gastados, al Gobierno de turno y la oposición, así como a personajes del panorama friki actual.

Si en el anterior formato encontrábamos mayor variedad de números arriesgados y llamativos, en éste pocos infartos se pueden sufrir. The Hole 2 se presenta mucho más relajado, con más interpretación, baile y una protagonista, María del Mar, que tras una transformación que nada tiene que envidiar a las mejores épocas del programa  Cambio radical, nos deleita con su voz y desventuras.


Poco a poco avanza el show y sale a escena la artista Tetiana Kundyk con un actuación espectacular de equilibrio sobre cuerda floja, sin duda una de las más gratas sorpresas de la noche.

Magia, acrobacias, música y después, ella. Marilén Ribot Estelrich pone a la platea con el corazón en un puño subida al trapecio al ritmo  flamenco de Ay pena, penita, pena. Una sucesión de saltos, giros y movimientos impactantes que dejan sin aire a más de uno.

El resto de la velada prosigue sin muchos cambios y con un breve pero interesante número de percusión de la mano de Chus Herrera, que, provisto de dos baquetas, llena de ritmo el teatro y logra arrancar las palmas de los asistentes.

Desnudos e interacción con el público no faltan, pero hasta ahí puedo leer, tendrán que acudir al teatro para comprobar el resto de cosas que conforman The Hole 2. Quizás porque la primera parte había dejado el listón muy alto, mi valoración no llega al sobresaliente. Pese a ello, si quieren pasar un buen rato, no duden en dejarse caer por el agujero.

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