viernes, 26 de abril de 2013



Orígenes del Break-Dance, el arte callejero por excelencia




El Break-Dance, que surgió en los años 70 como un modo de expresión en los barrios neoyorquinos del Bronx y Brooklyn, siempre ha sido un baile callejero, un baile de lucha entre bandas que resolvían sus diferencias sin violencia, expresando su rabia con sus movimientos.

El grupo de jóvenes formaba un círculo y a continuación, al ritmo de la música, salía un componente de cada banda por turnos a demostrar su valía y talento. La victoria era de aquellos que conseguían ridiculizar al oponente. Estaciones de tren, plazas concurridas, callejones…cualquier sitio era bueno para los B-Boys (nombre que reciben aquellos que bailan este estilo).

James Brown con su éxito ‘Get on the Good Foot’ y su particular forma de bailar comenzó a moldear este atrevido y novedoso baile. Muchos fueron los que se inspiraron en él, podemos destacar a Don Campbell que a partir de esta música se hizo famoso en las calles de Los Ángeles por un nuevo estilo de baile que bautizó como Campbellock, lo que actualmente conocemos como Locking (movimientos robóticos).

En los años 80 este nuevo estilo se expandió a nivel mundial pero sobre todo se dio en Estados Unidos y Francia. Actualmente se podría decir que encontramos en Asia a los mejores b-boys. Para muchos era una forma de vida, para otros un pasatiempo pero para la sociedad era y es tan solo espectáculo. Nunca alcanzará el reconocimiento otorgado al resto de artes pese a la gran dificultad que conlleva y la belleza que implican sus movimientos. 

Películas como Breakin (1984), Beat Street (1984) o Flashdance (1980) promovieron esta nueva cultura, que surgió como una rama del Hip Hop. Dentro del Break-Dance encontramos distintos estilos como popping, locking, electric boogie, Hype, Smurf o New Jack swing. 


El problema principal que reside en su consideración como un arte es su aspecto callejero. Quizás esa falta de seriedad que puede tener el ballet clásico, motivo que no hace que sea menos duro su aprendizaje, sea la principal razón por la que no causa un mayor interés y tiene menos adeptos.

Pero este tipo de baile, que siempre hemos podido ver en la calle y no en las escuelas de baile, se nutre de otros estilos como la salsa, el merengue o la capoira e incluso de las 
artes marciales motivo por el cual debería estar al mismo nivel que el resto de disciplinas.

Pese a esta falta de consideración mediática y social los jóvenes que practican este tipo de baile no buscan ningún reconocimiento. Apenas unos pocos pueden vivir de ello, pero, todos lo sienten como un estilo de vida, una razón para seguir, una manera de expresarse y lanzar su mensaje al mundo. 


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