lunes, 4 de febrero de 2013





La Superbowl se rinde ante Beyoncé

La cantante acalla las críticas recibidas por su playback en la investidura de Obama con un derroche de voz y sensualidad







El pasado domingo, 3 de febrero, se enfrentaban en la Superbowl los Baltimore Ravens y los San Francisco 49ers, pero lo más esperado no era el resultado final sino el descanso. Deporte y espectáculo parece ser los ingredientes de la pócima del éxito. 

Una despampanante Beyoncé surge de entre las llamas cargada de fuerza y enfundada en un body de cuero negro y medias hasta la rodilla, todo ello obra de Rubin Singer. Tras la polémica surgida por su playback en el discurso de investidura del presidente Obama, la cantante hace alarde de su capacidad vocal así como de sus dotes de baile. En los 12 minutos largos que duró la actuación la artista dejo bien claro a los allí presentes que voz no es precisamente lo que le falta.

Crazy in Love, Halo y Baby Boy son algunos de los temas que desataron la locura en el estadio Superdome de Nueva Orleans. Acompañada en todo momento por una banda totalmente femenina y una guitarrista que llevaba consigo la mismísima guitarra de Lucifer. Knowles se paseaba, derrochando talento, de un lado a otro del singular escenario en el que se podían ver dos caras de la cantante frente a frente.

La sorpresa llegó cuando Kelly Rowland y Michelle Williams, compañeras de Destiny’s Child, irrumpían en el escenario para interpretar junto a la indiscutible protagonista los temas Bootylicious e Independent woman, uno de sus mayores éxitos. El trío cerró su emotivo reencuentro con la exitosa canción Single Ladies

Madonna dejo muy alto el listón con su actuación en la pasada final de la Liga Nacional de Fútbol Americano. Las numerosas colaboraciones con las que contó, los cambios de vestuario y la puesta en escena  de la reina del pop han sido suplidas en este caso por movimientos de cadera de los más sugerentes y pegadizas coreografías. Quizás se echo de menos alguna cara conocida más en el show. 

Beyoncé sale muy airosa de este reto que fue seguido por más de 13 millones de personas y que mueve cantidades astronómicas de dinero, como es el caso de la publicidad en la que cada bloque se vendió en torno a los 3,7 millones de dólares. 

La artista descargó un torrente de energía que se vio consumida tras su actuación dejando al estadio sin luz durante más de media hora.

Muchas son las voces que se acallaron cuando Beyoncé Knowles cerraba su imponente número sacudiendo su melena para acabar desplomándose de espaldas en el momento en el que la energía acumulada dio paso a la oscuridad total. 

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