jueves, 31 de enero de 2013


Y lo vulgar se hizo arte

Fabio Viale convierte en bellas obras objetos de uso cotidiano

Hoy os propongo algo original, a continuación os indico la noticia en la que me he basado para crear esta crónica. Por un momento pensemos que es la obra de arte la que nos cuenta la exposición a la que pertenece. Dejar volar vuestra imaginación...

http://www.20minutos.es/noticia/1706012/0/fabio-viale/escultura/marmol/




Dicen de mi que soy un objeto corriente, de esos que no destacan en nada. Tengo cierto valor utilitario para aquellos que me usan pero nada más, después, o me tiran o me reutilizan hasta que me acaban saliendo grietas y hay que reciclarme. Mi autoestima estaba por los suelos, ni varios años de psicólogo consiguieron animarme.

Pues bien, un artista llamado Fabio Viale ha decidido que algo como yo puede tener aspiraciones en la vida, puede ser algo maravilloso, una obra de arte. Este escultor nacido en Cuneo-Italia en 1975 ha hecho del mármol su pincel para darme forma a través de técnicas tradicionales ofreciéndome así una oportunidad para poder brillar.

Fabio lleva trabajando en esto del mármol desde que tenía 16 años, siente una gran fascinación por este material que le ha llevado a crear cosas insospechables. 

Hasta el 23 de febrero aquellos curiosos que quieran admirar mi fascinante belleza podrán acudir a la galería de Sperone Westater en la Gran Manzana. ¿Quién me iba a decir que iba a estar en Nueva York sobre una reluciente vitrina? Tanta gente mirándome y cuchicheando sobre mi. Es fantástico ser por una vez el centro de atención.

Atrás quedo mi función de transportar fruta, atrás quedo mi vulgaridad y simplicidad, ahora soy arte pop. Aquellas manzanas y naranjas que iban dentro de mí tendrán que estar tirándose de los pelos ahora que yo soy famoso. Esta mal que yo lo diga pero me alegra solo pensarlo.

Stargate, o dicho con un lenguaje más llano, ‘Puerta estelar’, es el nombre que recibe la exposición en la que me encuentro, mi creador dice que esta puerta lleva a lo desconocido y a la admiración por lo más mundano.

Aquí estoy muy bien acompañada somos muchos los que hemos dejado atrás nuestro pasado y nuestra utilidad para saciar la curiosidad de los amantes del arte. 


Dos de mis compañeros, muy simpáticos ellos, son conocidos como Infinite, esos neumáticos nunca pensaron que dejarían de rodar por el frío suelo para descansar en un atril. Dicen que están muy enamorados pues nunca han podido separarse el uno del otro.  ¡Que bonito es el amor! Son de buena familia y llevan en su piel tatuado el símbolo de ella. Son como esos cuadros que tiene la gente en su casa en donde dos escudos que simbolizan dos apellidos se juntan.  Sin duda estos dos descienden de toda una estirpe de reyes de la calzada. 

Creo yo que Fabio no es muy devoto, muy religioso puesto que he podido ver al final de la sala que Cristo está en brazos de un bloque de mármol. Después de darle mil vueltas caí en que yo había visto en los libros esa obra, La Piedad del Vaticano del conocidísimo Miguel Ángel. 
Lo que no sabía es que la virgen María era tan solo un bloque de mármol. Supongo que por su particularidad llama tanto la atención a los turista que se quedan embobados frente a ella sin saber que pensar, algunos hasta ríen. Y su nombre es de guasa, Souvenirs, vamos lo que viene siendo un regalito que llevas de tus viajes, ¡cómo para llevarte eso en la mochila! más de uno acabaría baldado.

Aquellos más críticos y sabios dicen que Fabio reflexiona sobre la comercialización de nuestros días del símbolo religioso, claro hay tantas postales, llaveritos, vaya Souvenirs, de esta mítica escultura que Viale piensa que ha perdido todo su significado. ¡La de dinero que se habría llevado Miguel Ángel por los derechos de autor de estos objetos de recuerdo!

Siempre me había gustado el mar, pero por mi piel acartonada no puedo sumergirme en el agua porque no solo me arrugo sino que me deshago.  Aunque estoy pensando que con esta nueva piel que me ha dado mi escultor podría intentarlo y cumplir así mi sueño de conocer las profundidades del océano y sus grandes maravillas.

Hace poco vi como unos cuantos hombres transportaban un barco de 1,4 metros de eslora de mármol, muy fino, en el que podría navegar cualquier turista sin que se quebrara.  De hecho Fabio Viale navegó con esta embarcación en aguas de Milán, Venecia, San Petersburgo y Moscú. ¡Qué suerte tiene! Quizás algún día quiera llevarme a alguno de sus viajes.

Su admiración por la relación del material con el agua es infinita, y por eso quiso reunir como si de dos enamorados se tratase a la roca con el mar.

¡Es muy sentimental este Fabio! No se que será de mi después del 23 de febrero, quizás alguien quiera pagar a mi creador por mí, por tenerme entre sus cosas en una gran mansión y presumir de mi ante sus amigos. ¡Sería tan emocionante! o quizás permaneceré siempre con Fabio, de galería en galería conociendo nuevos lugares y a gente de todas las razas y países, eso no suena nada mal. 

Pase lo que pase os invito a acudir a conocerme y a contemplar al resto de mis compañeros porque os aseguro que algo os gustará y despertará en vosotros grandes interrogantes.

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