martes, 22 de enero de 2013


Screw Art, los tornillos que cobran vida


El estadounidense Andrew Myers realiza una serie de retratos a partir de una caja de herramientas





                                              (Fading Thoughts Andrew Myers)


El artista Andrew Myers dota de vida a miles de tornillos en su proyecto Screw Art. Este peculiar trabajo consta de una serie de retratos que mezclan dibujo, pintura y escultura en una pieza única.


El estadounidense ha utilizado aproximadamente 8.000 tornillos para cada retrato.Como si del mismísimo Miguel Ángel se tratase se prepara a conciencia para dar comienzo a su obra maestra. Sus pasos se inician con el esbozo de la persona a retratar, momento en el que el lápiz parece moverse solo. Como piezas que encajan en un puzzle va clavando cada tornillo hasta cubrir su lienzo. 

En último lugar y para aportar el toque de expresión necesario, usa óleos para pintar cada una de las cabezas, dando forma así a un mosaico digno de los antiguos griegos. 

Myers recoge el gesto del modelo de una manera creativa y original. ¿Se imaginaban que el bricolaje pudiese dar tanto de sí?

Tras los miles de tornillos se puede distinguir los listados de las guías telefónicas. En ellas se aprecian los nombres y teléfonos de cientos de desconocidos. “Hace 10 años un amigo me dijo que no había manera de incluir a miles de personas en mi arte y me propuse desmostrarle que estaba equivocado” bromeaba el autor. Fascinado por la sucesión de líneas interrumpidas tan solo por anuncios ocasionales considera este aspecto gráficamente atractivo. 

18 son los semblantes que lleva creados este peculiar artista, para cada retrato tarda al menos entre dos y seis meses en función del tamaño del mismo. El autor,   que comenzó con este proyecto en 2008, se encuentra inmerso en la búsqueda de nuevas formas y técnicas y considera que una caja de herramientas puede ofrecer grandes posibilidades a la hora de crear arte.

Fading Thoughts (Pensamientos que se desvanecen) es sin duda su trabajo predilecto. Esta obra refleja a un hombre junto a un ventilador que parece provocar que algunos tornillos vuelen con el aire. Esa sensación de movimiento es lo que hace que sea tan especial para él y además sirve para demostrar que los tornillos pueden dar mucho de sí. 

No lo piensen más, dejen salir toda su creatividad, den rienda suelta a su imaginación. Cualquier objeto por ridículo que sea pueda dar lugar a una obra de arte. Ésta podría ser una buena forma de salir de la crisis ¿no creen?

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